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  • juanmaarija

DESENMASCARANDO PARA SER LIBRE


Es una foto de esas que te encuentras y que habla por sí sola, con todo lo que ahí queda plasmado.

La vida que nace pero que se resiste a estar enmascarada. Una vida que apenas respira y que lo quiere hacer sin límites, libre, real, natural.... sin filtros ni ataduras.


Ciertamente son tiempos complicados los que este niño recién nacido no comprende aún. Pero son tiempos de toma de decisiones, de posturas arriesgadas que dignifiquen la vida por encima de los éxitos comerciales y empresariales que a toda costa pasan por encima de las culturas y de las personas que cada vez son más pobres y que cada vez generan más abismos insolidarios y ruines.


Desenmascarar la telaraña en la que todo el mundo nos hemos ido metiendo, consciente o inconscientemente, es lo que este niño nos sugiere. Nos sobran accesorios para mostrar quiénes somos en realidad, con los rostros nítidos, que transmitan vida, alegría, entusiasmo, paz.


Este niño recién nacido cumple la metáfora que todos deseamos vivir en la realidad: quitar la máscara que nos ha ido alejando unos de los otros; que nos ha ido apartando de los valores que construyen una sociedad más justa y digna.... Quiere quitar la máscara de la infidelidad a un proyecto de humanidad que más que la brecha social busca el equilibrio donde todos tienen cabida, con todos los derechos, deberes y oportunidades que a nadie se le tienen que esquilmar.


Hoy este niño nos indica en medio de su llanto que esta vida que le entregamos está podrida, viciada en tantas de las columnas que la sostienen, en medio de las apariencias, de los vacíos, de las carreras que buscan los primeros puestos a costa de quienes menos oportunidades tienen..... Este niño no acepta máscaras y quiere la claridad y el brillo que cada rostro y cada persona podemos ofrecer y recibir.


Con su llanto nos llama la atención a no quedarnos indiferentes e insensibles. Con su llanto nos invita a dar los pasos que sean necesarios para recuperar el sentido común que se ha ido diluyendo en medio de tantas corrientes y de tantas formas de enfocar la vida que nos han llegado a hipnotizar, aletargar y narcotizar.


Este niño tiene razón y tiene derecho a encontrar el mundo que verdaderamente todos deseamos y se lo tenemos que entregar. En ello nos va la vida.


Es tiempo de desenmascarar. Es tiempo de humanizar. Es tiempo de ser lo que realmente somos sin apariencias ni retoques. Es el tiempo del ser humano. Es el tiempo de enfocar desde una espiritualidad la vida entera para dar razón y consistencia a lo que realmente somos, vivimos, sentimos, buscamos y deseamos de corazón.

Hoy este niño refleja su deseo y nuestro mundo.

En el esbozo de sonrisa que se descubre detrás de la máscara está el punto de partida para comenzar una época nueva, una era nueva, una nueva humanidad.



P. Juanma Arija

Capellán Hospital Vázquez Díaz

Huelva - España

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